El cerdo ibérico
El cerdo ibérico es de cabeza pequeña, medianamente ancha en el frontal y estrecha, casi en punta, en la cara, con hocico largo y disco terminal muy inclinado.
Ojo poco manifiesto y pequeño. Orejas medianas, estrechas y llevadas en forma de “alero de tejado” cuando son cortas y algo plegadas a la cara cuando son más largas.
En el cruce con el Duroc, la cabeza en proporción al volumen corporal es más ancha y corta y la oreja corta; y con el Large Black, por el contrario, más larga la cabeza y mucho más larga la oreja, además caída y tapando el ojo.
En los cerdos rojos o retintos, incluso el mejorado de Olivenza, la oreja no es larga, la lleva “en alero” dirigida hacia delante y poco caída. Por el contrario, en cerdos negros lampiños, las orejas son largas, rebasando incluso la mitad de la cara, considerablemente anchas y pegadas a la cara.
El cuello en los animales adultos es corto, aplanado lateralmente, con papada de gran volumen e incluso mamellas. El tronco es medianamente largo y profundo, no aparece cilíndrico, es profundo y estrecho, con arqueamiento suave de la costilla, que nace a veces demasiado angulosa, originando un dorso estrecho. Este se ha corregido mucho, por lo que parece bastante horizontal, en comparación con el antiguo Ibérico. El vientre en general es abultado y manifiesto en las hembras multíparas.
La espalda y el brazo están poco manifiestos, con escasa musculatura y no destacan en su configuración con relación al costillar. La espalda es corta e inclinada. Las cañas son muy finas. El abundante panículo adiposo enmascara esta región, que parece continua con relación al tronco.
Extremidades posteriores poco desarrolladas, de poca anchura, más patente cuando las grupas son muy derribadas.
El predominio del tercio anterior se aprecia en animales al final del cebo, la anchura entre espaldas es mayor que entre jamones. Las extremidades en su parte distal suelen estar bien conformadas y aplomadas. No son largas, presentándose un animal cerca de tierra. El diámetro de la caña es escaso, mucho más manifiesto en el animal adulto o cebado.