La comida entra primero por los ojos, y eso es verdad universal.
El jamón, si ya es irresistible, si lleva un correcto emplatado, no pasará de desapercibido. Parece que fácil, pero no es cortar las lonchas y dejarlas en un plato.
La temperatura a la que degustamos el plato es un factor muy importante, si el jamón está entre los 20 y 25 grados conseguiremos que sus características se intensifiquen llegando a desprender todos sus aromas y sabores.
Aparte de la temperatura del jamón, también es relevante la del plato donde vamos a consumirlo. Lo ideal sería una temperatura ambiente.
En el caso de que sea loncheado, tendremos que abrirlo unos quince minutos antes de su consumo.
Para que el jamón destaque, un aspecto fundamental es el color del plato. Colores claros y blanquecinos conseguiremos una mayor tonalidad y contraste haciendo que el producto sea más llamativo.
Si el plato es sencillo, sin adornos ni dibujos, haremos que el comensal no se distraiga y el jamón capte toda la atención.
Las lonchas deben de ser finas de unos cuatro a cinco centímetros y tendremos que tener un corte perfecto y definido.
Los cortes deben de ser los más parecidos posibles para crear equilibrio visual.
No obstante, en nuestra tienda online podrás encontrar platos loncheados para que esta tarea sea más fácil.
Además, intentaremos solapar un poco las lonchas para dar una perfección visual y facilitar poder cogerlas.
La colocación de las lonchas debe de ser desde el exterior hacia el interior, colocando la parte del tocino hacia el centro del plato.
A pesar de que hay mucha gente partidaria a retirar el tocino de cada loncha, nosotros preferimos dejarlo.
Esto es así por el sabor que le aporta acentuando sus matices.
Ya te hemos dado todos nuestros tips para emplatar de la mejor forma tu jamón. Ahora solo te queda practicar ¡Ánimo!
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